Durante los años 60 y 70, los conceptos de “casero” y “abundante” guiaban los parámetros sociales en materia de alimentación. En los 80 los productos “diet” coparon las góndolas y todo el mundo se puso a contar calorías. Los 90 consagraron el imperio de lo “light”: la restricción siguió siendo el eje pero ya sin renunciar a la búsqueda de sabor.
La primera década de este siglo, en tanto, vio afianzarse a la cultura de lo “sano”, con el foco puesto en el cuidado físico. Y ahora, en un nuevo hito de esta progresiva mutación sociocultural que detectan los coolhunters a nivel global y local, la palabra clave parece ser “equilibrio”. La búsqueda apunta a un bienestar ya no sólo estético sino integral.
Así se desprende de un reciente estudio de la consultura W, especializada en tendencias de consumo, que difundió ayer el diario BAE. La nota, titulada “Más gustos Premium en el consumo de los argentinos”, lleva la firma del periodista Alejandro Bercovich y cita al autor del trabajo, Guillermo Oliveto, titular de W.
Acá, compartimos un fragmento destacado del artículo:
El disfrute del consumidor promedio (…) desplazó a las privaciones que imponían las costumbres dietéticas. Lo sostiene Oliveto en su último informe, De la restricción al equilibrio, donde analiza que el comprador revalorizó las dimensiones emocionales de los consumos censurados por la vida light. «Hay un gran desarrollo en los últimos dos años de la cultura gourmet en el té, el café, el aceite de oliva y hasta en el mate».
Darse gustos, elegir productos premium y priorizar lo artesanal por sobre lo industrial son algunos de los rasgos característicos de este cambio de hábitos.
¿Te identificás con este análisis? Para vos, ¿qué otros atributos definen al consumidor actual?
Fotos: www.diariobae.com / www.cbc.ca