En el principio fue el tomate cherry. Después llegaron los choclitos, los pepinitos, los papines. Hasta que a alguien se le ocurrió darle un descanso al diminutivo y reemplazarlo por el prefijo “mini”. Pero a “mini” le faltaba punch. ¿Qué tal entonces si los llamamos “bebé”? O mejor su traducción al inglés, que suena mucho más canchera.

Tranquilo: no vas a tener que cambiarle el pañal a una zanahoria o cantarle el arroró a una berenjenita. Pero sí podés disfrutar de sus versiones compactas, para darle un toque gourmet a tus platos y ensaladas o simplemente para variar un poco los ingredientes de todos los días.

A Cristina y Rubén Martín, la jerga del marketing gastronómico les importa poco. Ellos se dedican, desde 1989, a lo que mejor saben: importar semillas y adaptarlas al suelo de sus campos de Tres Arroyos para sembrar y cosechar, de manera artesanal y libre de agroquímicos, la más completa selección de verduras, hortalizas y brotes baby que se consiguen en nuestro país. Los mejores chefs, desde el Gato Dumas hasta Francis Mallman, cocinaron con sus productos, que incluyen también exóticas flores comestibles.

En Buenos Aires, sus distribuidoras oficiales son Marisa Corbeta y Mónica Abeucci. Tabajan sobre todo con hoteles, restaurantes y servicio de catering, pero eventualmente pueden combinar pedidos con clientes particulares. El catálogo cuenta con brotes o germinados de siete días de vida, hojas de no más de 5 centímetros (entre ellas, especies poco conocidas por estos pagos) y mini puerros, zapallitos, nabos, morrones y remolachas.

“La mercadería llega a Capital recién cosechada y se entrega en el momento, lo que garantiza su frescura”, cuenta Mónica, y agrega que, a diferencia de la mayoría de los brotes que se obtienen por hidroponía, estos son germinados y cosechados en tierra, lo que les da un color y un sabor más intensos. “Nuestra lechuga no tiene nada que ver con la que vas a encontrar en la verdulería”, asiente Marisa.

Sueño Verde es otro emprendimiento agroecológico que explora este nicho, con el foco puesto en el mercado minorista. Tienen brotes de brócoli, cebolla, berro, alfalfa y quínoa; variedad de vegetales mini (remolacha, hinojo, zanahoria, puerro, zucchini, berenjena y pimiento), flores comestibles y hojas baby.

Sus productos se consiguen en algunos supermercados y en Buenos Aires Market, en bandejas de 250 gramos y bolsas de 1 kilo. “En el caso de los brotes sus propiedades se potencian por su estado juvenil y se mantienen intactas hasta el momento de su consumo, por tratarse de vegetales vivos”, cuentan sus responsables. Un tip: en su web vas a encontrar recetas exclusivas de Dolli Irigoyen.

En tanto, siguiendo con la tendencia de alimentos a escala micro, Madame Papin se especializa en papines andinos y es otro de los productores que mes a mes suele ofrecer sus delicias naturales en nuestra feria de alimentos saludables.

Si la comida entra por los ojos, el atractivo visual es la gran fortaleza del formato baby. A la vista, experimentamos algo parecido a lo que nos pasa con las personas: los bebés nos parecen (casi) todos lindos, en cambio los adultos… digamos que pierden ese factor ternura que los sentidos asocian a lo diminuto. A veces, queda claro, el tamaño importa.