Sí a las frutas y verduras, carnes de todo tipo (mejor si provienen de animales criados naturalmente), semillas, frutos secos. No a las harinas, azúcares, quesos, leche, arroz, cereales y productos procesados. La paleoalimentación propone volver a las fuentes: a la dieta del hombre primitivo. A lo que devoraban (y bebían) nuestros ancestros. Recrear el menú previo a la aparición no solo de la industria alimenticia, sino de la propia agricultura. En definitiva, comer aquello para lo cual estaría diseñado genéticamente nuestro organismo.
Se trata de una mirada original y provocadora, ya que desafía por igual a la ortodoxia nutricional (históricamente pro hidratos y lácteos) y a corrientes alternativas (veganismo, life food, etc.) para las cuales un régimen carnívoro es la antítesis de lo saludable. Como toda postura extrema, eso sí, la dieta paleo no está exenta de cuestionamientos científicos.
Surgida en los años 70 en Estados Unidos, esta movida —que no se reduce al terreno gastronómico: también propone adoptar otros hábitos ancestrales como correr descalzos y, en su vertiente más radical, practicar la poligamia— se popularizó en los últimos tiempos de la mano de celebrities como Uma Thurman, Miley Cyrus o Matthew McConaughey. Y cada vez tiene más seguidores en la Argentina. Entre ellos el multifacético economista Lucas Llach, fundador del primer restaurante local del rubro: el flamante Como Sapiens.
Escondido en un piso de Recoleta, el lugar se autodefine como un “mesón a puertas cerradas”, con mesas comunitarias y una carta fija que rota semanalmente (por ejemplo este jueves 4, fecha de la próxima cena, se va a servir escabeche de pescado, bondiola de jabalí con hongos y manzanas asadas). La cocina está a cargo de Cecilia Pinedo.
“Nos escandalizamos hoy por lo que se hace en los feedlots —dice Llach—: vacas alimentadas a maíz, que tiene que estar complementado con antibióticos porque los pobres bovinos no están adaptados a comer eso (…). Pues bien: deberíamos empezar por mirarnos el ombligo, y probablemente la panza. Nosotros nos metimos en nuestro propio feedlot hace unos 8.000 años, cuando adoptamos la agricultura y con ella una alimentación muy diferente de aquella que fue moldeando nuestros cuerpos, por el mecanismo de la selección natural, durante millones de años.”
Enterate más sobre la paleoalimentación en esta nota publicada en Infobae. Y si querés profundizar en el tema, consultá esta guía (en inglés) de recetas y alimentos “permitidos”.
¿Qué pensás de la dieta paleo? ¿La adoptarías?
Comentario
Puro snobismo. Nadie sabe qué y cómo se alimentaban en el paleolítico.
Por medio de estudios de los huesos se puede saber que se comia en el paleolitico. Además, sabe-se que muchas enfermedades, incluso las caries en los dientes es producto de la agricultura, pues en los dientes del hombre paleo no hay señales de caries, así que, por lo menos ya sabemos que es lo que NO comian, verdad?
Hay un quesito casi en el tope de la piramide denominada paleo. Queso no es paleo!
hola, estoy muy conforme con la dieta paleo….yo baje un kilo por semana y no deje de comer…al contrario aprendi a comer.-
MUY DE ACUERDO A MI ME FUNCIONÓ.
TIENE BASE CIENTÍFICA Y NO TE DESNUTRES.
EN CASO DE DUDA SOLO SIGUE A LA NATURALEZA, YA QUE NUESTROS CUERPOS SON COMO LOS DEL PALEOLÍTICO.
me encanta la idea de hacerla !! pero me gustaria una lista con las 4 comidas del dia , ke expecifiquen que puedo comer y en ke orden !! graciass