Mientras Argentina profundiza un modelo agroalimentario de producción intensiva, concentrada, no diversificada y basada en el uso de agrotóxicos y semillas transgénicas, en la región asoman experiencias que demuestran que existe otro camino posible, más sustentable en múltiples aspectos. Es el caso, por ejemplo, del Plan Nacional de Agroecologìa y Producción Orgánica (PLANAPO) “Brasil Agroecológico”, que recientemente lanzó el gobierno de Dilma Rousseff.
«Vamos a fomentar la producción orgánica de los agricultores familiares, el aumento de sus ingresos y el crecimiento en la oferta de alimentos saludables en la mesa de los brasileños”, tuiteó la presidenta al anunciar la iniciativa.
“Los pequeños agricultores, asentados en la reforma agraria y las comunidades tradicionales, tienen acceso a créditos subsidiados, capacitación y extensión del acceso a los mercados”, agregó la mandataria.
El proyecto, que demandará una inversión de casi 4500 millones de dólares en tres años (“nunca antes se invirtió tanto en agricultura orgánica en el país”, dijo Dilma), busca “ampliar e implementar acciones para orientar el desarrollo rural sustentable”, posibilitando a la población “la mejora de la calidad de vida por medio de la oferta y el consumo de alimentos saludables”.
Las actividades enmarcadas en el PLANAPO persiguen, entre otros objetivos, los siguientes:
-Promover la soberanía y la seguridad alimentaria y nutricional, y el derecho humano a una alimentación adecuada y saludable.
-Promover el uso sustentable de los recursos naturales.
-Apoyar la conservación y recomposición de los ecosistemas, mediante formas de producción que reduzcan los residuos contaminantes y la dependencia de insumos externos.
-Promover sistemas justos y sustentables de producción, distribución y consumo de alimentos.
Si te interesa acceder al documento oficial completo con las directrices, metas, estrategias y fundamentos del plan (en portugués), hacé clic acá.