Cuando Krusty Burger fue proclamado el restaurant “más insalubre del mundo”, el mediático payaso que le da nombre a la hamburguesería decidió lanzar un sándwich veggie a base de cebada. Buscaba, así, lavar la imagen del negocio y revertir las críticas. La movida, forzada y oportunista, pareció funcionar al principio. Pero terminó mal.
Las grandes cadenas de fast food, igual que la favorita de Homero & los suyos, parecen empecinadas en mostrar sus productos como sanos y naturales. El dilema: ¿estamos asistiendo a un incipiente giro verde en la industria de la comida chatarra, o es tan sólo una más de sus estudiadas movidas publicitarias? ¿Compromiso real o puro maquillaje?
Algunas posibles respuestas (y el tragicómico desenlace de aquel episodio de Los Simpson) en esta nota publicada en la edición de verano de revista JOY.
¿Creés que los gigantes del fast food pueden encarar una auténtica transformación sustentable?