Si pensás que las galletitas son siempre sinónimo de calorías vacías —esas que engordan sin nutrir—, tenemos buenas noticias para vos. Es cierto que se trata de un rubro más asociado al placer del picoteo entre comidas que a una alimentación saludable, pero por suerte la generalización admite excepciones. Entre ellas, las crackers raw.

Como su nombre lo indica, son galletitas crudas, es decir, libres de cocción (y también, por lo general, de conservantes, aditivos, colorantes y harinas). Crocantes y sabrosas, ricas en fibra y con el plus de ser aptas para celíacos, se elaboran artesanalmente durante varias horas en un horno deshidratador cuya temperatura no supera los 40º. Así, conservan todos los beneficios de sus ingredientes naturales, que van desde semillas como chía, lino y girasol hasta vegetales frescos, frutos secos, especias, hierbas y endulzantes integrales.

En Buenos Aires, cada vez más emprendimientos de life food o cocina veggie la incluyen en sus catálogos. Algunas de las más recomendables son las de Deli&Raw, disponibles en varias dietéticas y mercados orgánicos; también las de tomate, cúrcuma o limón que prepara Paula de Cajú Raw Food (foto), y las que despacha la Rawtisería (verdeo, tomate o zanahoria, entre otros sabores), con el sello del chef Ezequiel Esclair.

¿Probaste crackers raw? ¿Dónde las conseguís? ¿Tenés tu propia receta?