El año pasado todo el mundo quiso comer paleo. Pero muy pocos lograron salir airosos del desafío de abandonar, aunque sea de manera transitoria, las harinas, el azúcar y los productos procesados, para emular la dieta de nuestros antepasados mas remotos. Quienes lo lograron juran que los beneficios del cambio son notables. Sin embargo, los adeptos a esta dieta encuentran detractores tanto en las filas de la movida veggie como entre la ortodoxia nutricional.
Para conocer más sobre el tema e interiorizarte sobre las diferentes posturas, no te pierdas esta nota.