Los frutos secos combinan las dos cualidades más buscadas en cualquier alimento: son saludables y ricos. Entre ellos, las almendras se destacan por su versatilidad y sus múltiples beneficios nutricionales. A las formas habituales de consumirlas se suman otras más atípicas pero igual de efectivas: licuadas, en patés saborizados o bien molidas hasta convertirse en un fino polvo para ser usado en diferentes preparaciones.
Esta harina, que funciona como un sustituto premium y saludable de las de maíz o trigo —por su consistencia se asemeja más a aquella—, es muy práctica y fácil de preparar. Puede hacerse con almendras peladas o mejor aún, enteras, para realzar la textura del producto. En repostería y confitería se la utiliza para elaborar macaroons (no confundir con sus primos los macarons), mazapán, budines, amarettis (foto), panes y tartas dulces.
Algunas de sus propiedades: es rica en proteínas, minerales, fibra, grasas “buenas” y antioxidantes; libre de gluten; baja en hidratos de carbono y con menor contenido calórico que las harinas tradicionales.
Acá, la gente de Una Vida Lúcida comparte una receta de harina de almendras y tips para prepararla en casa. Y si te da fiaca hacerla vos mismo, podés encargársela a los amigos de De Mi Tierra, que por este mes te regalan un kilo con la compra de 1 litro de leche veggie.
Cómo puedo conseguir el harina de almendra