A bordo de esta simbólica nave no viajan animales, sino alimentos. Y la amenaza que los acecha, a diferencia del relato bíblico, no es el diluvio universal sino un sistema de producción que privilegia criterios de eficiencia económica, globaliza nuestra dieta y no se preocupa demasiado por preservar la diversidad, los matices y las identidades gastronómicas locales.
El Arca del Gusto, un proyecto impulsado por el movimiento Slow Food, surgió en Italia en 1996 y, desde 2006, tiene su «filial» argentina. Se trata de un catálogo de productos agroalimentarios en peligro de extinción, pero con el potencial para ser redescubiertos y puestos en valor.
Con la colaboración de investigadores internacionales, el inventario abarca hasta el momento a 1875 productos, de los cuales 96 son oriundos de nuestro país (podés consultar el listado completo en este mapa).
La agonía de estos sabores genera consecuencias negativas en las economías regionales, destruye pilares ancestrales de la cultura alimenticia de los pueblos y nos priva de ingredientes naturales de alto valor nutricional. Por eso, especialistas de diversas disciplinas coordinan esfuerzos para devolverles el protagonismo que alguna vez tuvieron en la dieta de varias generaciones.
“Desde la Facultad de Agronomía de la UBA queremos colaborar con los pequeños productores para que puedan llegar al mercado con alimentos artesanales de alta calidad”, comentó Hugo Cetrángolo, docente e investigador de la cátedra de Sistemas Agroalimentarios, miembro de la Comisión Nacional del Arca del Gusto. “Buscamos acercar a los consumidores con los productores –agregó, en declaraciones al diario Página 12–, para que se valoricen estos alimentos y se sigan produciendo.”
Arrope de uvas y de algarroba, alfeñique, una hortaliza llamada achojcha, los tuberculos ulluco y añu, licor de yatay y miel de abejas meliponas, junto con las frutas ajipa, tomate de monte, chirimoya (foto) y pitanga, figuran entre los alimentos nativos que corren serio riesgo de caer en el olvido. Para asegurar su supervivencia, coinciden los expertos, es imprescindible promover mecanismos que armonicen las producciones pequeñas y artesanales con la agricultura intensiva, de gran escala e hipertecnificada que ganó terreno los últimos años.
Conocer más sobre los alimentos argentinos en peligro de extinción, y la tarea que desarrollan los científicos y especialistas para salvarlos, en esta nota.