Es conocida la afición de Barack Obama por la típica comida rápida, popular y chatarra de su tierra. Hombre de gustos nada sofisticados, en más de una ocasión los medios lo retrataron hincándole el diente a un pancho, una hamburguesa, una porción de pizza, un helado, o incluso compartiendo un chop de cerveza en la barra de un pub. Su delgadez, al cabo, le permite darse esos gustos. Lo que no cierra del todo, y que motivó un aluvión de burlas y comentarios risueños en las redes sociales, es que ahora quiera presentarse como el paladín de la dieta sana y diga que su alimento preferido es el… ¡brócoli!
La cosa fue así: hace unos días, la Casa Blanca fue escenario de la Kid’s State Dinner, evento que tuvo como anfitriona a Michelle Obama. La primera dama lleva adelante una intensa labor al frente del programa oficial Let´s Move, que apunta a generar en las nuevas generaciones hábitos positivos en materia de alimentación y actividad física, para combatir la epidemia de obesidad. Como parte de esa propuesta, el sitio gastronómico Epicurious organizó un concurso infantil de recetas saludables y sus ganadores —54 niños de todo el país— recibieron como premio la posibilidad de participar de esta cena.
Promediando el encuentro, Barack irrumpió en el salón e intercambió palabras y consejos con los chicos. Uno de ellos le preguntó por su plato de cabecera y entonces el presidente ensayó una poco creíble oda a la hortaliza verde. Las repercusiones vía Twitter no tardaron en multiplicarse. #Broccoligate se convirtió en trending topic. Los usuarios más críticos tildaron al líder demócrata de mentiroso. Los más ingeniosos lo rebautizaron “Barack-oli”. Su esposa Michelle, en tanto, reafirmó la devoción familar por el brócoli, y dijo que se trata del único vegetal que sus hijas aceptan en la mesa de buena gana, “sin crear caos”.
Los medios yanquis se tomaron en serio el asunto y, hurgando en el archivo, encontraron una entrevista reciente donde Obama sostenía que su comida predilecta eran las papas fritas con chili y costillas de cerdo. ¿Acaso cambiaron sus gustos tan radicalmente, o será que consideró inapropiado revelar tales preferencias en un ámbito donde se hablaba de veggie burgers, frutas, cereales integrales, verduras e ingredientes naturales? En tal caso, ¿fue la “mentirita piadosa” la mejor decisión, o debió haber ofrecido una respuesta más honesta y genuina?
Esta no es la primera vez que el brócoli se convierte en cuestión de Estado por los pagos del norte. El ex mandatario George Bush (padre) también se había referido e él, aunque en términos menos elogiosos: “No me gusta desde que, siendo un niño, mi madre me obligaba a comerlo. Ahora soy el presidente de los Estados Unidos y nunca volveré a comer brócoli”, proclamó en 1990, cuando salió a la luz que había prohibido incluir ese producto en el menú que le servían a diario en Washington.
Polémicas al margen, y aprovechando que por estos días el brócoli está —literalmente— en boca de todos (y que de este lado del mundo transitamos la estación ideal para disfrutarlo), acá te dejamos un link muy piola donde vas a encontrar desde información nutricional sobre sus beneficios y propiedades hasta un completo recetario y consejos prácticos a la hora de elegirlo, conservarlo y prepararlo. La web, lo más parecido a una “Biblia online del brócoli” en castellano, pertenece a una asociación española de productores, nutricionistas y distribuidores que apuntan a promover su consumo.
Hacé como Obama, comé más brócoli. O mejor dicho, reversionando el refrán: haz lo que él dice, pero no (tanto) lo que él hace…
Fotomontaje: freakingnews.com
